sábado, 10 de enero de 2009

dEs/ApArEcIdOs

... a dos voces
... y un minuto de silencio


U n manotazo duro,
un golpe helado,
un hachazo invisible
y homicida,
un empujón brutal
te ha derribado.

Miguel Hernández


…aquel vestigio de hombre, examinó centímetro por centímetro el terreno que otra vez desmalezábamos, a parte de la basura, y los bichos, en ese extenso lugar sólo había un letrero que indicaba que era propiedad municipal; no deja de ser la marca del amo, un estigma de que en realidad nosotros somos “beneficiarios” del estado, ejecutando este simulacro de trabajo… y ellos, los generosos samaritanos, que cada tanto nos vienen a palmotear la espalda con el costado de la mano, bajándose de sus camionetas, como príncipes “encantados” de sus caballos; complaciéndose de esta “empresa de solidaridad”, un gesto que enmarcado en esa puntillosa idea de verticalidad, que hace en su otro mundo su nube sea más esponjosa y perfumada; yo creo en Dios, o sea, que existe, pero el otro día mi hijo se esmeró durante días y noches en hacer una maqueta, sería divertido pensar que fueron siete días con sus respectivas noches, después que lo evaluaron, la dejó tirada y muy pronto la olvidó; creo que pasa lo mismo con ese que todavía no me atrevo a escribir con minúscula.

… y como una grieta en el tiempo, entre su camisa de franela cruadillé, una chaqueta café con parches en los codos, pantalones anchos abajo y un aspecto de naufrago se metió en medio de la maleza como Alfonsina en el mar, y desbordándose se dejó caer con las manos al pecho, un claro signo de que la vida se le iba; me acerqué a su mundo, le tendí una mano para que se incorporara, mientras de un momento a otro sus ojos se sellaron en frío como una bóveda.

…a su espalda habían quedado treinta años de historia nacional y personal, los zumbidos de las balas a la expectativa de la que nunca acertó, el submarino en su propia mierda, el no saber si debía despertar de una pesadilla… siempre la realidad lo superó, la primera vez que no pudo recordar la piel de Almendra, el conchito, la princesa… había esperado este día o la muerte, no había más deseo, cerrar los ojos y ser libre, o abrir los ojos y ser libre, ¿pero dónde están todos?, ¿dónde está esa familia… ese país?, ¿dónde está ella?...

-¿dÓndE EstÁn?-

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