domingo, 4 de octubre de 2009

... ¡Si no hay de otra!



¡Ya!... si sé,
si sé...
tú última
maldición decía:
que terminaría
en la fosa común
¿qué más da?...
¡no te hagas el cartucho!:
¡siempre
nos gustó
la promiscuidad
de los cuerpos!

Soliloquio de un reflejo



abro y cierro los ojos con rapidez, abro y cierro los ojos con fuerza, abro y cierro los ojos con angustia. la casa me abraza hasta sofocar, se hace cada vez más pequeña; yo me hago inmensa, pesada, evidente, oprimida hasta la resignación.

abro y cierro, una y otra vez los ojos derrotados, abro lento... y los cierro rápidamente en cristales; puedo sentir el corazón en los párpados, golpes constantes que arden, el cuello rígido, una sensación interna de frío severo.

abro y cierro los ojos a la oscuridad, las piernas frágiles y sensibles a las pequeñas agujas que hieren incesantemente los pies quebradizos.

la casa se hace inmensa, los labios secos, partidos e hinchados, dejo de respirar por un momento, el pecho se dilata, trato de tragar y el ahogo se hace más doloroso... siento un golpe de aire en el cuello, seco en el paladar, amargo a los costados, cierro los ojos por impulso; logro tragar una bocanada de aire, amargo, ácido y duro, el rostro se humedece.

una corriente en la nuca, una brisa, inestabilidad desde mi espalda, vacío, como el latido de un abismo; sin saber, ni querer, ni poder, mirar.

una pesadez recorre mi cuerpo desde el suelo, los pies pegados al piso como parte de él, inseparables, me convierto en cemento, escucho el rumor opaco, lento, espeso, me recorre lenta y cruelmente, secando la piel en un soplo quemante...

tomo el aire en pequeñas porciones y lo escupo en forma intermitente, como para no descubrirme sin respiración.

abro y cierro los ojos, porque puedo abrir y cerrar los ojos, en una práctica hostil de sensaciones, a cambio de la inercia de mis piernas de cemento, piel de cemento, y la sangre espesa que aún late en esta coraza infame... extiendo sólo en mi mente, el recuerdo de la mirada tenue, lazos cortados con el mundo a través del cristal de las miradas.

abro y cierro tus ojos impávidos de no ser...

abro y cierro mis ojos al otro lado del espejo.

La vi volar



Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.

Oliverio Girondo




…la encontré,
de una u otra forma di con la mujer que sabe volar

Ahora Girondo, a ver si eres tan gentil de explicarme
-¡¿como mierda la alcanzo!?-
.
.
.

¿prefe no más?... ¡PROFE NO MÁS!... ¿qUÉ ME DICE USTED?



-Tengo maña- fue casi con puchero.

-Pero vamos al cine, se te pasará, nos juntamos en el café de la rosa, pedimos un helado de esos groseros y de ahí pasamos a ver que dan en el Biógrafo- sonó un beso al otro lado de la línea y cortó.

Encendí el segundo cigarrillo, cuando la divisé venir, tuve tiempo para pensar: no sé qué me gusta más de ella, tal vez su aspecto impávido frente a mis estupideces y provocaciones, sus ojos de gata al acecho, o como se ilumina su cadera izquierda con la escasa luz de vela cuando no dormimos en casa, esa mezcla virginal de niña pervertida, o cuando excede su labio inferior (como haciendo puchero) poniendo ojos de pena y juntando sus dedos índices, imitando el icono del MSN… no lo sé, pero aquí estamos juntas otra vez, esquivando nuestros labios, con ansia por nuestras manos, nos observamos de reojo, nos reímos, comentamos nuestros blog, como se han ido perfilando y desperfilando, apostamos por escribir algo juntas, tal vez en un rato más, se terminó el helado.

-¿Caminamos?-

-¡Caminamos!-

Aún era temprano para pasar al cine, seguimos por Merced saltando libros, hasta que llegamos a una banquita frente al Bellas Artes, casi entrando al Forestal… croqueras en manos y plumas en guardia, ella me escribía y yo la dibujaba, para personas como nosotras no hay mañana, por eso no podía evitar sentir:

-me quedo contigo, así, ahora-.

Nuestros tiempos siempre eran mágicos, hasta que recordábamos el asunto de mi no empleo y su trabajo, su horario y mi diario bajo el brazo, en fin, entre minucias divisé que una pareja de jóvenes se acercaba, de esos con aspecto de beneficiarios de proyectos psicosociales, en los que suelo trabajar, en otras palabras un par de delincuentes juveniles, colecciono un par de anécdotas en sectores de Puente Alto y San Bernardo, con aroma a hechizas, platinas y otras hierbas.

-Nos van a asaltar- alcancé a murmurar a mi niña, sólo me miró.

Llegaron pavoneándose, él guiaba, pero ella daba las órdenes, así que me aferré a sus ojos tristes de niña con rabia.

-Qué hací?... Cuántos años tení?... Trabajai?... En qué?-... preguntaba él en desorden, mientras me daba la pega de responder todo lentamente.

-No soy muy joven pa’ ser profe?-

… casi le agarré cariño por eso –treinta años no es muy joven para ser nada-

-Yo soy ladrón, no me gusta que me manden, me tengo que puro salvar, por ejemplo, si veo dos señoritas como ustedes y les pongo la pistola en la cabeza y les digo que me pasen la plata-

(la compañera me miraba a los ojos, le tocó el hombro) -pero pa’ qué nos vamos a ir en esa, "la tía" es profe-

-ya poh, (levantó una ceja, como mostrando solía hacerlo) pasa la plata-

me sonreí, abrí el bolso hacia él comentando -para eso tendría que tener plata, y ando con un libro prestado (cuando le comenté a Lito casi grita, jamás me perdonaría si le pierdo algún libro del Rubem Fonseca) y mi croquera… no me quites el libro, por fa’.

Su compañera no dejaba de hablar de las profes mala onda que le habían tocado, que le habían metido la cabeza en un lavatorio y le tiraban las orejas y el pelo –uste’ le ha pega’o a algún alumno?-

-Jamás mi niña, jamás tocaría a un alumno- la miré y mientras le tomé una mano, le pregunté -¿Me crees?-

Como que no me escuchó, miró a su compañero –Vamos, hay que salvarse-

-Ya poh señoritas, ha sigo un gusto... (él me tomó del hombro) mire, usté, no es ingeniero, abogado… ni siquiera arquitecto; es profe no más, y en este país, los profes no tienen na’: CUIDESE- lo dijo con cariño y convicción, mientras en la mira ya tenían una presa pudiente que los salvara.

Miré a mi niña, que en el tira y afloja verbal, le había entregado los cigarros al no tan pendejo, -¡menos mal que pensó que también era profe no más!- nos reímos, aunque a mí ya no me causa tanta gracia.

¡La justicia es una perra negra!



para tus manos extendidas
para sus ladridos de perro mayor
y para su cola metida justo
…justo en pleno de mi vacío
(…bueno, ya no tanto)

desde mi sesgada perspectiva, creo que “justicia” y “humildad” son a mi juicio, que goza de muy mala reputación, los conceptos con mayor dificultad para acceder a su definición, comprensión, integración y por supuesto, aun más a su aplicación; esta vez sólo me referiré al primero; Facundo Cabral decía: “la Justicia es una vieja que viste harapos, la conocí en la bohemia y me dijo: tengo tres hijos: el primero se volvió loco, el segundo lo han crucificado y el tercero… el tercero no ha llegado”

ella tiende a ser exigida y demandada, hay que considerar que cualquiera de estas acciones atenta directamente en la esencia del concepto en su significado: “lo que YO le debo al otro”, es imperativo y de carácter autoexigente, no quiero pensar en las conductas aprendidas en forma punzante y vertical, que en nombre de la “justicia” se ostentan y profesan, como “solidaridad” y/o “limosna”, convirtiéndonos en almas elevadas… por sobre el otro… ¡qué justo!.

toda esta introducción, es sólo un marco alegórico para compartir un evento que ha golpeado dulcemente mis días, les podrá parecer un estado eufórico propio de un depresivo en su etapa maniaca, en un infructuoso afán de tejer redes invisibles, pero por formación… ¿o deformación?, me niego a creer en casualidades, me gusta mucho más la idea de acto simbólico, o desde una perspectiva junguiana, trato de hacer lectura al inconsciente colectivo

-es una labrador, negra… es tuya- me ve y mueve la cola, es rápida para aprender, una hedonista en su naturaleza, está algo rechonchita y se ve divertida cuando come sentada; había tenido dos gatos, uno era “Azrael”, que es un demonio del desierto y su hijo “Mara”, que es un demonio en la India, mi idea era continuar la descendencia demoníaca, pero la sugerencia me resultó agradable –Dana, creo que tiene una “h” en alguna parte, tal vez quiera decir algo- el diccionario etimológico acusó su origen Hebreo, Dana, sin h, quiere decir “Justicia” y llegó metiendo su oscura cola en mis días, sin esperarlo y sin aviso.

-GRACIAS-

La Torre



aquí está la piedra, la insignificante.
ciertamente vale poco en cuanto a precio.
será desdeñada por los ignorantes,
pero tanto más amada por los sabios

Arnaldo Vilanova
Alquimista

-si la entropía es afuera, también lo es adentro- ...si bien el tono puede ser un poco irónico, a veces es mejor escuchar a los buenos enemigos y detenerse a pensar con sentido, para no caer en las garras de la incertidumbre y desordenar las piezas de este ajedrez carnal, hay que procurar eso sí, ser el rey en su propio juego, sería muy triste sólo ser carne de cañón o jugar un rol secundario en su propio tablero.

me he detenido a observar desde una estación de tiempo, entre viñas, queltehues y tus bordes un abismo añejo; lo sé, si quisiera suicidarme, lo podría hacer saltando desde mi ego, pero no, el gran Nietzsche me ha inspirado, pero aún no he logrado convertirme en ese hombre moralmente libre, me niego a terminar de construir mi destrucción

me repliego en una contracción constante y puntillosa, sólo para reconocer los rincones remotos de estos muros opacos que soy, me reflejo en el arcano carente de extensiones de sentidos, con cada hemisferio expulsado del sí mismo por ese algo, que ni siquiera me atrevo a nombrar, sólo hoy percibo en forma visceral “vocatus atque non vocatus deus aderit”

la aparente destrucción ha elevado los muros de esta fortaleza rústica, extensa que late, que arde en gemido constante y creciente, me he labrado desde tiempos, en memorias ajenas, mañana inmensas… en mi alma he dibujado un letrero amarillo con grandes letras que dice –DISCULPE LAS MOLESTIAS, ESTAMOS TRABAJANDO PARA USTED- la alquimia del alma sabrá forjar en estos metales, la savia que le dan sentido a esta sombra pequeña de psicópata itinerante… saludos estimados, por si a veces me pierdo... saludos estimados por si otra vez muero

¿analfaberta emocional... o ataque al hígado?



arránq ueme, señora,
las ropas y las dudas
desnúdeme, desdúdeme

Noche
Eduardo Galeano


La sensación térmica bajó desde el lunar en la planta de mi pie izquierdo, como un cosquilleo a veces doloroso, se extendió en forma dispersa por las piernas; a la altura de los hombros, atrás, un ácido metálico hizo su recorrido punzante y ascendente hasta enjugar el paladar.

En la cabeza sus palabras tenían eco y podría jurar que vi titilar en alguna parte: “NO HAY SISTEMA”.

El corazón se desbordó, quedó pendiendo con un latido de la última costilla del lado derecho, se contuvo como en contracción para no seguir la caída libre.

No sé, cómo no me di cuenta antes, pero la cama es inmensa y tal vez porque dejé de respirar un momento, juraría que el techo estaba más alto que de costumbre; durante un segundo el silencio fue absoluto, incluso los grillo que siempre hicieron gala de sus cortejos, esta vez brillaron por su ausencia… fue un segundo… pero se me hizo eterno.

Supongo que a eso se refiere mi hermano virtual, cuando dice que –“el cuerpo es un lector emocional”- frente a lo que debo declarar, con mucho pudor, que me siento analfabeta, -¿estás seguro, Octavio, que estoy descifrando un mensaje emocional… y no estoy teniendo un ataque al hígado?- ... ahora que lo pienso, puedes añadir a mi anamnesia, que justo antes dijo:

-te quiero… porque te quiero-

tal vez



¡Quieta ahí!
-tus labios… o la vida!

Ismael Serrano


"-los peces de colores,
sólo tienen 3 segundos de memoria…
si tardan 3 segundos en rodear la pecera,
todo es nuevo otra vez…
cada vez que dos peces se ven,
es como la primera vez…-"

de “…la memoria de los peces”


el humo hoy me hace juego,
deja que me tienda en la obscenidad de las sombras,
quiero saberte pero mi piel se desgrana.

a mano alzada, me dibujé dibujándote.

no, no… por favor sólo deja esa luz, …
¡detente ahí!, te ves hermosa… ¿lo sabes?

si pudieras soltar tu cabello...
me gusta ese mechón que enfatiza tus ojos
y enmarca la huella de mis labios.

viste desnudo pueril e indecente
que partirá en dos mi memoria,
arranca las telas y
deja trazar con mis dedos…
las líneas que olvidarás
en el lienzo de tu espalda.

derrama tus vertientes de cáliz vehemente
en hálito punzante inculpa cada latido insurrecto

deja coger desde mi sombra uterina
cada uno de tus bordes
tan pulcros, tan amados… tan lejanos

deja que tus lazos sean los míos
y nutre esta memoria de tu belleza

…tal vez esta sea en realidad
la primera vez
que he visto a una mujer desnuda

…tal vez esta sea la primera vez
que me siento desnuda.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

el suicidio es un pecado...



-se ahorcó- y sentí la tensión de la soga aprisionando mi cuello y sus pies sin encontrar el piso, imágenes que se agolparon en búsqueda de indicios… ahora parecía todo tan claro.

“dada” era un frasco pequeño, aunque era un hombre alto, un alcohólico de buena facha, amplia cultura, de rasgos esquizoide y un sentido del humor muy negro.

la familia es la que nos toca no más, nada de opciones, pero para mí, él era el poeta que no escribía, no hablo de simples transgresiones a la norma, hablo de locura; nos veíamos sin mirar, nos admiramos hasta el amor: nos elegimos cada día.

el escritor de “la cara del Juanano” me dijo una vez –los hombres con alma de demonio, se reconocen, se saludan y se van-

los años de vida de mi hijo, son los años de muerte de mi padre y no hay herida que el tiempo no sane, eso nos ha permitido mirarnos con mi madre sin juzgar, ambas hemos remendado nuestros corazones -¿qué sentiste cuando supiste que eras hija de un homosexual?- era curioso el valor adquirido para poder mencionarlo y hablarlo entre su cigarro y mi cerveza.

-elegida… los motivos pueden ser muchos, pero “dada” me eligió a mí- por eso todas las noches son lunes, aún me sorprendo esperándolo, entre mis cuadernos retengo sus besos y me pillo riendo de sus comentarios, cuando por fin los entiendo:

-¡el suicidio es un pecado, mínimo un error… pero en su defecto, es el último!-

¿desde qué perspectiva sabes la belleza?



me siento como Toulouse Lautrec… bueno guardando las proporciones y una versión bastante más criolla, pero de alguna forma ostento de un prisma privilegiado, no sólo se trata de estar en un lugar, sino de saborear cada una de las imágenes que transitan alrededor, tratando de capturar ese sabor a alma que tiene cada gesto, en este tránsito de suburbios espirituales la noche es mi mejor escenario

¿te has detenido a pensar como se modifican las estructuras físicas de los habitantes nocturnos?

…si nos ceñimos al principio alquímico que indica “lo de abajo es como lo de arriba y lo de arriba como lo de abajo, para obrar los milagros de una sola cosa” no es tan temerario afirmar que los rostros que albergan las sombras, se alimentan mutuamente; es decir, entre faz & alma hay semejanza y viceversa, dicho de otra forma, los rostros son trazados en forma de bitácoras de nuestro universo interno.

la estufa es a leña, exquisita, ahí están reunida cinco putas desocupadas, una colorina alta, una pachacha de rasgos indígenas, dos con cara de menor de edad que dan miedo y una señora de aspecto de dueña de casa que tiene una sonrisa limpia y dulce, bueno es la única que me mira sin odio, se supone que aquí no entran mujeres, se acercó a pedirme fuego y casi en forma maternal entabló conversación

me causó gracia cuando llegó “mi primer cliente”, mis amigos se pusieron de pie rodeándolo y tratando de sutilmente explicarles que “la niña”, o sea yo, no estaba en venta, que los acompañaba y cosas así, me sonreí afirmando la vista en un punto del horizonte, la niña a esa hora se había topado con el fondo de la copa varias veces, ya no era tan “docente” ni parecía tan “decente”

en la mesa de al lado un hombre mayor, una mezcla entre Pablo Neruda y Volodia Teitelboim, ensalzaba a una de las niñas, ofreciendo disculpas por ser quien era, la trataba como a una princesa, la miraba como un quijote apagado por los años agradeciendo la belleza de esta Dulcinea, altanera de sus años mozos, besó sus manos y le susurró versos tal vez de su autoría

en mi mesa, mis amigos arreglaban el mundo entre política y poesía… ¡siempre terminan empeorándolo!.

más allá una pareja baila un tango, él, un semental de aspecto camionero y ella una mujer mayor, de piel oscura y aspecto deficiente, frente demasiado amplia y muy descuidada, no dejaba de ser una imagen grotesca en muchos sentidos; sin embargo nunca he visto una mujer más coqueta que ella… la palpé hermosa, me lastimé de su sonrisa tan verdadera, tan simple… tan mujer, que me dio pudor no rozar sus deslindes de hembra, me supe varona herida, agradecida de los excesos de mis sentidos y mi falta de lógica, que sumaron tanta carencia, daño y sin embargo resultaron “belleza”… me cautiva, esta noche soy una fausta sombra entre las sombras.

mascarón sin proa



no soy una persona completa,
soy la caricatura urbana de un hombre.
más o menos una fallida
escultura de mierda
sin nada absolutamente que ofrecer

Charles Bukowsky


abro y cierro los ojos.
azul

el agua en mi espalda se clava como pequeñas hormigas de Silvio,
recorren la extensión de esta madera ajada y extendida,
casi crucificada a este coito simbólico entre el mar y el cielo

vacío

ofrezco esta nada que soy, para ser tragada,
no expulsada…
y tal vez por eso, las voluntades son cuestionadas,
juzgadas y sentenciadas;
casi me dejo abrazar por tus extensiones cómodas,
casi descanso y me convierto en ti…
por eso te amo cuando estoy lejos

abro y cierro los ojos
silencio

para mis pies torcidos no habrá poeta en la orilla,
que santifique la virginidad de mi alma,
extendida en seno sacio… y sin embargo temo

tu nombre en mis pupilas

¿y si fuera él?



…quiéreme cuando menos lo merezca,
…porque será cuando más lo necesite
Dr. Jeckyll


He cometido el peor pecado
que uno puede cometer
…no he sido feliz
Borges


…tras de mi se cerró la puerta de la universidad y el eco de tu risa cuando comenté sobre mi cita a ciegas -…y si te encuentras con un psicópata- me encogí de hombros y con una sonrisa mientras buscaba los fósforos en mi gabán –qué más da… si me encuentro con un psicópata, él se encuentra conmigo- caminé ridículamente, al menos eso imagino, es como cuando la gente tiene esa actitud pueril y camina a saltitos, pero con mi cojera la mezcla estética no da buenos resultados… bueno, ¡que importa!, la noche, el humo y al final de la calle: Tú.

…estaba ansiosa de experimentar la química, ese abismo entre el hombre de mi vida y un perfecto desconocido, ese fenómeno extraño que te hace sumar cualidades en un alguien y al menor roce, eres la versión invertida de un cuento de hadas: besas a un príncipe y adivina en qué se convierte…

…cada vez que me enfrento a otro, es jugar a la ruleta rusa y peor, la cabeza no para y el corazón se desborda.

…en el camino hice un breve recorrido de las cosas que me enamoran, esos detalles que me hicieron vibrar cuando los capté… cuando los quise para mi… o cuando los perdí: un bajista de una banda rock, que arrugaba la nariz para saludar, me habría puesto mil veces frente a él, sólo para cruzar un sin sentido “hola”; cuando el padre de mi hijo me contaba cuentos en donde la princesa siempre era yo; mi querido vampiro en Valparaíso cuando amanecíamos fotografiando la bruma y esa luz tan escasa para nuestras almas abruptas; esa actitud desafiante a lo Nina Simone cuando me cantaba en contraste a su rostro de niña; los celos de mi Cleopatra dark cuando Verónica me buscaba después de clases… cuando aparecía de impoluto negro en mi sala, para leer algo de Nietzsche; o “niño” que llamaba sin tener nada que decir… y no decía nada…

…como quien se precipita al abismo en medio de la oscuridad, me encontré con el corazón contraído, aferrado a una duda:

¿…y si es ÉL?...

…hasta ahora estaba tranquila frente a un “hay que arriesgarse a que no sea destino”, las dudas nunca han sido conflicto… ¡pero las certezas! ¡Ay!

…doblé una cuadra antes del pudo ser, me cubrí la cara para que nadie descubriera esa vergüenza… infantilismo y temor.

…y aquí estoy, protegida por el vidrio, con el corazón entre la nuca y mi lengua, sin poder nombrar a nadie… sin un nombre en mis pupilas a quien llorar… no quiero volver a escuchar Ne me quitte pas, me he convertido en una maldita cobarde que no quiere tener qué perder.

¿el otro?



"Quien con monstruos lucha
cuide de convertirse a su vez en monstruo.
Cuando miras largo tiempo a un abismo,
el abismo también mira dentro de ti."

Friedrich Nietzsche

Tenía la cara hinchada por el llanto, tal vez de pena, tal vez de rabia o simplemente una mala borrachera, ¿qué más da?, por su bien, el de su elegida, el de mi futuro ex marido y el mío, nuestra ¿relación? había terminado ayer, en el momento que su niña se peleaba con otro par de adolescentes el ramo de flores artificiales que lanzaba Dafne.

Me sonreí cuando lo tomé del brazo, justo cuando el novio, también nuestro confidente y mejor coartada nos miraba; nuestro jefe en la radio comunitaria, en donde los tres oficiábamos de locutores, controladores, telefonistas y barrenderos, a quien le tocó golpear la puerta del baño cuando él[1] se acercaba a buscarme o buscarnos para beber ron barato, el mismo que me había sentenciado apestando a vino: -“las perras como tu mueren acuchilladas”-, tal vez temía que estropeara su matrimonio con alguna escenita, tal vez creyó oír con tono irónico: -“felicitaciones”-, cuando en realidad lo que dije fue: -“terminamos”-… como la vez que casi nos pilla, “tu amigo”, manoseándonos en el cuarto de locución y él nos miraba en los controles; “terminamos”, como cuando me acompañaste a comprar su regalo de cumpleaños, llegamos tarde y él me preguntó seriamente si andaba “con otro” y yo riendo le dije que -“no, que era el mismo de siempre”-, de tanto tira y afloja le arrojé su regalo, encarando su falta de confianza, junto a esa maldita habilidad de estropear una bonita sorpresa; “terminamos” como la mañana que me di cuenta que no hacíamos más que follar y no el amor.

Él salió de casa y tu entraste, habías llorado por los dos, no me mirabas a los ojos para no dejar de decir un discursito aprendido en el tercer o cuarto pito, como los niños que tratan de no respirar para no olvidar el poema que les costó memorizar; no te escuché, porque no me interesaba, -“¡bájate los pantalones!”-, me miraste sin entender, mientras con una ceja en alto manteniendo el tono marcial repetí la orden, que ayudé a efectuar, te empujé en el sillón de cuerina palo de rosa, que él eligió contradiciendo toda la estética de la casa, no asentaba con nada… bueno, igual que él, no trataré de entender algo tan irracional como la rabia, como decir que me calentaba y la piel no me contenía …sin embargo me parecía tanto, otra vez a mí, y mientras veía como tus ojos me buscaban en esta mujer que no conocía, yo me reconocía en el reflejo de tus ojos, mientras te montaba, seguías sin entender… y sentí asco, de ese temor, de esa mediocridad, esa impregnada y que se hace tan evidente al follar, y cegada aún entre rabia, el dolor y la excitación en plena culminación, dejé arrastrar mis uñas ajando tu piel en hilos de sangre, que no supiste contener, la perdías a ella y a mí sin entender; besé mordiendo tus labios, corroborando la muerte amarga de una despedida sin pena ni gloria, quité mis piernas de tenaza que aún te contenían, vestido en medio de un pudor casi pueril me miraste de reojo para decir… hice un gesto con la mano, como sacudiendo un mosquito y sin mirarte te pedí que cerraras la puerta… de mi casa, de mi piel y mis recuerdos: -"¡cierra la puerta"-.




[1] Ni siquiera lo nombraré… ni siquiera lo bautizaré como personaje, pero “él” será siempre el futuro ex marido en esta historia.

¡Confieso que he vivido!



Me gustan los hombres con futuro
…y las mujeres con pasado.

Oscar Wilde

Hay una máxima que tratado de mantener para que mi escenario se extienda y no termine en un sesgado repertorio de errores… al menos he de cambiar los contextos y sus personajes; por eso “me niego a olvidar” y recurro constantemente a un espejo imaginario, uno retrovisor que permita reconocerme ayer.

Me detengo en una esquina obscura… no, no, es peor de lo que imaginas, no hablo de ser punk, feminista, mirista… o fachista, sino parroquiana; en aquellos tiempos[1] oficiaba de “fiel” esposa y soy enfática en este concepto, porque contiene dos aspectos que hoy me dan pudor, por una parte su origen fidelis, que refiere a un acto de fe, por tanto prescinde de los componentes racional y emocional; desde su raíz legal fidelitas-atis mantiene un compromiso unilateral y vertical de esclavo a señor, debo admitir que lo más parecido a un acto de fe, es una íntima esperanza de que “Yo Soy” existe, aunque mi escasa, pero presente vocación de esclava se irrite en pensar que tal vez sea lo único que haga… pero en fin, hoy ese no es el tema.

Ignoro la fecha en que dejé de amar, pero aún padezco la fractura interna que él también escuchó, lo supe por su mirada, cuando aún no terminaba de decir: a-b-o-r-t-o

Si estoy o no de acuerdo con esta ley, tampoco es asunto, sólo doy cuenta que hacia quien había trazado mis actos de fe y lealtad, no era quien yo creí; me hago responsable de mi ceguera afectiva, de mi dependencia social y comodidad mental.

La pérdida de ese hijo, alimentó la rabia, forjando a nuestro imperio en un lugar pequeño y hostil, su presencia me ofendía y yo era cobarde, tal vez aún lo sea; se han vuelto difusos tramos importantes de tiempo.

El dolor era más grande que yo, como si me abortara con mi hijo, recuerdo dos eventos que me obligaron a tomar medicamentos para conciliar el sueño; cuando el pulso me impedía colocar la llave en la cerradura y cuando al tratar de tomar agua, apreté con demasiada fuerza el vaso, quebrándolo y cortando mi mano derecha.

Ni siquiera me quería morir

Subí arbitrariamente las dosis, su piel y la mía apestaban, a sangre coagulada, como si nuestros corazones se hubieran detenido y el resto funcionara por no saber morir y sólo cuando el cansancio aturdía, resignada me tendía, cerraba los ojos y pretendí estar dormida o en otro lugar, mientras él se masturbaba con apatía, con rabia, a veces con dolor, quitaba mis ropas en trámite y me montaba, sin mirar, afirmándose de mis muñecas que se adormecían doloridas… se masturbaba en mi, con un gesto torpe, tal vez accidental rozó mi rostro con su mano y una lágrima lo avergonzó, como descubriéndose desnudo, como si se supiera por primera vez en el daño, en esa cruel idea de posesión.

…debe ser este el peor final para un cuento, y tal vez mucho peor para un recuerdo.

[1] Nótese el acento que consta de un espacio temporal.

Espérame hasta que abra los ojos



La realidad no puede ser mirada
sino desde el punto de vista
que cada cual ocupa,
fatalmente, en el universo.

José Ortega y Gasset



De un tiempo a esta parte hay algo que no encaja… antes de cerrar los ojos era tu sonrisa y cuando los abrí la rosa amarilla a tu lado se fragmentó junto a los vidrios, la línea está muerta, así debe ser.

El profesor está gritando de nuevo, conté diez veces complot, ocho hijo de la dictadura… perdí la cuenta las veces que dijo: ¡Maldición!, obvio, con los dedos crispados como si nos asfixiara a cada uno.

Corrí tras él, porque quería ver y no ver… y lo vi, desatornilló la cabeza de su amigo, lo dejó en el suelo y dejó que sus perros lamieran su cerebro, se reía estruendosamente y aún así, no puedo decir si tenía un aspecto desquiciado.

Acabo de entrar al baño en el bar… me pregunto si acabo de entrar, hago el recorrido de las dudas, cierro los ojos y trato de describirlo como lo recuerdo, pasando mentalmente una lista que sea coherente a mi memoria; debo encontrar la falla, es esa sensación otra vez, cuando todo parece irreal, me da miedo salir de este baño y que afuera todo sea nada conocido… me da miedo despertar y tener la mierda hasta el cuello.

jueves, 26 de marzo de 2009

prEgUntA y rEspUEstA



tenía los ojos irritados, usó torpemente todo el repertorio verbal que tenía para hacerme sentir culpa, compasión, dolor, vergüenza; nunca he necesitado hacer mucho para provocar en el otro el daño o el bien que me otorgan.

Jelena siempre me dice que le recuerdo la necesidad que confesaba “Amelie”, (nos gustó mucho esa película) de tener un enano que le susurrara la palabra precisa en el momento perfecto; bueno, según ella, no siempre como una ventaja, yo venía con ese enano incluido.

respiró con hostilidad y no siempre era capaz de mirarme a los ojos, lo sé porque nunca dejo de observar a quien está frente a mí; gritaba insultante, se apretó la cabeza, a veces sólo los ojos, se molestaba de sí mismo, descubriendo en la medida que verbalizaba sus acusaciones, dando cuenta de sus culpas, o la poca importancia que tenían frente a esta escena de ruptura.

el escritorio que nos separaba, recibió las patadas y puñetazos por mí; yo seguía marcando el ritmo aletargado de mi respiración.

agachó la cabeza, apretó sus puños abrazados el uno contra el otro y con la misma intensidad todo el cuerpo, respiró fuerte y duro, sus ojos se secaron.

hizo un gesto similar al mío cuando enciendo un pitillo, entre las sombras, para escuchar bronces, en mis tardes cansadas después del trabajo.

volvió a respirar más relajado, se inclinó un poco en la silla, para observarme con distancia, deslizó uno de sus dedos por la cubierta del escritorio hasta llegar al primer cajón, lo abrió y de él sacó un arma, el revolver que había sido de su padre y lo cargó frente a mí… una gota de sudor se desliza por ese rostro que ya desconozco, mientras apunta hacia mi cabeza.

-¡dame un motivo para no disparar!-

me incorporé, con la cara a la altura del arma, me distraje cuando de fondo veo un cuadro de un aprisionado Dalí, único y silencioso testigo; recordé la pregunta, sin pensar dije:

-no tengo ninguno- me acaricie la barbilla y con una característica sonrisa de medio lado lo miré –¡dispara!-

Mía



-¿Te comenté que por teléfono me han confundido con un hombre?... bueno, el amigo de Pablo, no sólo creía que era un hombre, sino que un travesti; como no conseguí convencerlo del error, endulzaba su voz, hasta parecer una mujer medio putona, pero no una cualquiera: La Mía, mi puta.

Había estado casado, de hecho tenía una hija, la Javiera que tenía la misma edad que Andrés, mi hijo; cuando egresó de filosofía en el Peda, se dio cuenta durante la tesis, en esas inagotables noches de estudio, que le calentaban los “compañeritos”, creo que se tiró un par, pero no pudo seguir estudiando, ahí me pierdo en razones, él sólo dijo que no le interesó continuar, que su destino era ser maraca y que eso requería dedicación… a mí que más me da.

Después de toparnos incontables veces al teléfono, en el departamento que compartía con un amigo en común, decidimos conocernos; una vez de frente, no pudo evitar la decepción en su rostro, yo era una mujer, y como tal, tampoco era lo que llamaríamos guapa.

Él vestía sobrio, pantalón negro, un sweater gris y zapatos negros; lucía el cabello sobre los hombros, lacios y evidentemente muy bien cuidados, tenía lentes de marco morado y le gustaba mirar sobre ellos; entre café y café, la conversación se tornó divertida, nos reímos mucho y vagamos por museos del mundo, óperas que conocía magistralmente, se nos hizo tarde y me invitó al departamento en donde me aseguró que no estaba Pablo; abrimos una botella de champagne, de esas que suben rápido a la cabeza, fría y burbujeante, como su risa; bajó las luces y la música se torno suave, se movía lentamente, era un hombre encantador, susurraba algo en francés, sonreía, se acercaba como animal al acecho, debo admitir que estaba cautivada, se acercó hasta respirar mi respiración, mordió el borde de mis labios, una y otra vez, posando suavemente su lengua que buscaba la mía, entre besos y mordiscos nos comenzamos a sulfurar, me tomó los hombros colocándome de rodillas frente a él, le ayudé a desabrochar cinturón y pantalón, y cuando su miembro estaba justo frente a mi boca, giró rápido poniéndose de espaldas y lanzándose en cuatro patas, dejando en su lugar un par de nalgas abiertas, blancas a rosadas, y en medio un orificio tentador, posé tímidamente mi lengua mientras lo escuchaba ronronear, se movía sutilmente hacia delante y hacia atrás, coloqué una de mis uñas suavemente dentro y sentí en su cuerpo un pequeño escalofrío, lo que me incitó a entrar cada vez más esta vez usando mis dedos, ambos nos incendiábamos, hasta que gimió -métemelo- uf, mi creatividad me jugó una mala pasada, quedé fría y en blanco, mi repertorio carnal (lengua, uñas y dedos) se había acabado, pero en un gesto iluminado, como si me leyera, me tendió un “dildo” de proporciones groseras, acaricié su espalda empujándolo adelante y abajo, balanceándolo varias veces, mientras el simulacro de pene africano (por las dimensiones) rozaba sus bordes, lo dejaba entrar egoístamente, lento y suave, sacándolo rápidamente, repetí el ejercicio varias veces, el tenía una risita nerviosa y demandaba una embestida, en ese momento lo coloqué como si fuera yo hasta el fondo, se estiró como en calambre, abrió la boca como para lanzar un grito, sin embargo de su boca nada sonó, me moví fuerte una y otra vez entre sus gemidos y aullidos; él suda, con una mano manejo la extensión de mi miembro artificial y con la otra mano cubro su nariz y boca impidiendo que respire por algunos segundos, se tensa, le quito la mano de la boca, casi sobre él, respiro en su oreja y le digo tiernamente.

–shhh, respira-

Agitado aún, vuelvo a cubrir nariz y boca, esta vez las embestidas son brutales, nuestros sudores son uno, él trata de respirar para morder dulcemente mi mano chupando cada uno de mis dedos hasta estallar.

Sentía en mi sudor el latido de su corazón… tal vez el mío, tardamos unos minutos en desprendernos e incorporarnos, él se arrastró hasta el sillón que estaba justo al frente y tomó una especie de pareo, cubriéndose desde el busto, estiró su mano hasta alcanzar esos cigarrillos café y delgados, encendiendo uno, me dejaba ver sus muslos y me coqueteaba mordiéndose el cabello, tatareaba algo.

Cuando logré incorporarme, más borracha de caliente que de champagne, dijo:

-Yo tenía razón, eres un hombre, lo que pasa es que aún no te bajan los testículos- cuando lo miré, esbozaba una maliciosa sonrisa y con uno de sus dedos indicaba su frente, justo donde posé un beso.

martes, 10 de marzo de 2009

UnA pAsTiLLa




Lo peor que le puede ocurrir a cualquiera
es que se le comprenda por completo.
Carl Gustav Jung



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De no ser, por este conflicto con el sueño, mi vida sería perfecta, ya sabe doctor, estoy sola, pero por opción, soy una profesional competente y muy bien cotizada
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¿Cómo dice usted?... Los afectos, están muy bien, visito a mi madre los sábados y a mi padre los domingos; no, no, no es que me lleve mal con su nueva esposa, no me afectan todas esas cirugías que se ha hecho, y las dudas de sobre cual es el límite de silicona que puede tener una mujer, para que sea digna de seguir llamándose mujer, ni que sea dos años menor que yo, esas cosas ya no me afectan, si lo viera, es como un adolescente con su muñeca inflable, jaja… ¿qué daño hay?
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Mi madre… bueno, ella no habla de que supo lo del matrimonio, pero que más da, a esas alturas en el asilo, no tenía mucho que contar, las mujeres siempre tenemos mucho que callar, así es mejor supongo.
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Sí, sí…. hace un rato que no nos vemos con mi ex, me avisa cuando pasa por el país, follamos rico, ya sabe, nada importante, las cosas son claras
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¿Puedo fumar?... Oh, disculpa
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Me siento algo irritable, por eso le digo, es el sueño, o tal vez que siempre tengo la sensación de no haber descansado
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¿Qué tiene que ver mi infancia?... no, no, él no tiene la culpa, ya sabe, él siempre fue un hombre rudo, pero nos quiso mucho, a su manera, como todos supongo
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¿Te lo comenté?... ja,ja… lo curioso es que te detengas en este punto, es mi perro, Dante. .. era muy agradable cuando llegaba del trabajo y me tiraba en el sofá, que se posara a mis pies para lamerlos suavemente, me relajaba mucho, y una tarde recordé la anécdota, esa de un programa español ¿lo viste?... esa cámara indiscreta con la chica que se untó mermelada o algo así para que su perro lamiera su vagina; nada, no me pareció mala idea, pero ya te dije, no es lo más usual, pero no me genera conflictos, ¿qué pretendes? ¿Qué le de explicaciones al perro ahora?... jaja, nada es divertido, lame rico, ¿sabes? Y lo mete mejor que muchos.
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¿La chica? Ella es guapa, ¿te lo había dicho? No, no, ¿por qué tendría que ser lesbiana? es curioso que lo plantees así, me gusta cuando se masturba, me gusta como ronronea cuando está en cuatro patas y orino su culo, cosas, nada más ¿qué quieres escuchar?... ¿qué la amo?... jaja no, me calienta y mucho… aunque la ultima vez se me pasó la mano, era parte del acuerdo que no hubiera sangre, y nada, no lo pude evitar, paseaba sutilmente el pica hielo por su espalda
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Sentí rabia, me sentí incompleta, quería penetrarla, y en cierta forma lo hice, fue… fue solo un rasguño, pero nada, espero no volver a verla, de lo contrario solo se arriesga, creo que cedí mis límites otra vez
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Pero vamos al grano: ¿Me darás algo para dormir?... a eso vine.
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Después de todo es lo único que me falta…
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domingo, 1 de febrero de 2009



El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.
Marcel Proust


no ungiré tu trazo sempiterno
liado al hábito de mis finitos

exhorto en el canto de elipsis, rocío soberbio

que sonríe por no orar,
que no se lamenta por profanar,

encadenado instinto arcaico en voz
el advenimiento mágico de la verdad parida
entre realidad y deseo

alzo por altar un abismo
entre mi delirio y tu gala
al centro del laberinto onírico
tu sien coronada por sortilegios de pavana

jueves, 15 de enero de 2009



En el sendero en tinieblas, buscó el rumbo.

Julio Cortázar (de "la noche boca arriba")



de cruz difiero,
salvo sendero de ayer perpetuo
del verbo que he sido arrancada.

hundo mis manos en soplo de vacíos
redimo cantos

lamo
muerdo
duelo

llanto a la fuente de tu vientre
padre
aborto tus pesadillas a mi cimiento

abandono las grietas de arquetipo ocre
madre
el púrpura en la entrepierna

me acuno en rumores inciertos del no nacido
hijo
nanas sin cuna, surjo parida de tu agonía

sostengo ademán solemne
pardo de encomios
cierro el telón

he de rasgar mirada extensa de mañana
con la luna en mi sien,
pulcro altar de mis abismos.

sábado, 10 de enero de 2009

dEs/ApArEcIdOs

... a dos voces
... y un minuto de silencio


U n manotazo duro,
un golpe helado,
un hachazo invisible
y homicida,
un empujón brutal
te ha derribado.

Miguel Hernández


…aquel vestigio de hombre, examinó centímetro por centímetro el terreno que otra vez desmalezábamos, a parte de la basura, y los bichos, en ese extenso lugar sólo había un letrero que indicaba que era propiedad municipal; no deja de ser la marca del amo, un estigma de que en realidad nosotros somos “beneficiarios” del estado, ejecutando este simulacro de trabajo… y ellos, los generosos samaritanos, que cada tanto nos vienen a palmotear la espalda con el costado de la mano, bajándose de sus camionetas, como príncipes “encantados” de sus caballos; complaciéndose de esta “empresa de solidaridad”, un gesto que enmarcado en esa puntillosa idea de verticalidad, que hace en su otro mundo su nube sea más esponjosa y perfumada; yo creo en Dios, o sea, que existe, pero el otro día mi hijo se esmeró durante días y noches en hacer una maqueta, sería divertido pensar que fueron siete días con sus respectivas noches, después que lo evaluaron, la dejó tirada y muy pronto la olvidó; creo que pasa lo mismo con ese que todavía no me atrevo a escribir con minúscula.

… y como una grieta en el tiempo, entre su camisa de franela cruadillé, una chaqueta café con parches en los codos, pantalones anchos abajo y un aspecto de naufrago se metió en medio de la maleza como Alfonsina en el mar, y desbordándose se dejó caer con las manos al pecho, un claro signo de que la vida se le iba; me acerqué a su mundo, le tendí una mano para que se incorporara, mientras de un momento a otro sus ojos se sellaron en frío como una bóveda.

…a su espalda habían quedado treinta años de historia nacional y personal, los zumbidos de las balas a la expectativa de la que nunca acertó, el submarino en su propia mierda, el no saber si debía despertar de una pesadilla… siempre la realidad lo superó, la primera vez que no pudo recordar la piel de Almendra, el conchito, la princesa… había esperado este día o la muerte, no había más deseo, cerrar los ojos y ser libre, o abrir los ojos y ser libre, ¿pero dónde están todos?, ¿dónde está esa familia… ese país?, ¿dónde está ella?...

-¿dÓndE EstÁn?-

viernes, 9 de enero de 2009

Tú... Y TuS MiMos




"... ..."

Marcel Marceau



cuando dije que requería de tus mimos: -…no fue esto lo que tenía pensado-.
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diles que salgan de mi camino, no me vengas con que hay que superar las fobias…
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noooooooo, ninguno me asustó cuando chico, ni me sacaron del público para tirarme tarta en la cara… sólo dile que ni se acerque, si me mira le parto la cara
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si se pone al lado mío y repite lo que hago averiguaré quién es… y le enviaré un mensaje como los del “Padrino”
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que no me joda, que no estoy de ánimo de tener que defenderme… así que la haré corta…
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noooooooooo… ya te dije, no hay “evento traumático” en la infancia…
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es sólo que no me hace gracia…
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es más, en algún momento cuando era parroquiano, -lamentarás si repites lo que estoy diciendo- me vestí de mimo, llevé flores, un anillo y me puse de rodillas… no pregunté nada, pero ella asintió… el resto es historia
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no, tienes razón… ya no me parece tan repulsivo
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bajaré ahora: -¡¡¡Pero si me toca… lo mato!!!.
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jueves, 8 de enero de 2009

iNSTRuCCioNeS FReNTe a uN FLoReRo VaCío...



no puedo creer tanta falta de creatividad; como es eso de que en el lugar de un florero vacío, lo único que eres capaz de ver es: ¡UN FLORERO VACÍO!... es definitivo, eres un atentado terrorista en contra del más elaborado esfuerzo, y por supuesto, bien intencionado de fomentar, alimentar y originar, de ser necesario, la creatividad en esa cabecita carente del más mínimo esfuerzo de concebir imágenes, olores, sabores, texturas... en un lugar, por el sólo hecho, de no estar ahí.
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te propongo a cambio el siguiente ejercicio:
Cuando veas el florero vacío, no veas una complicación: "ALBERGA UNA POSIBILIDAD”...
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piensa en las flores que más te gustan... a mi me gustan las violetas, pero son muy pequeñas para un jarro... a otros les gustan las rosas rojas, son gustos... y a ti?... de ser necesario, tienes la opción de inventar una flor nueva, por ejemplo: una violeta con tallo largo y espinas como rosas, ¡tú decides!
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concibe un aroma, que te recuerde los mejores momentos de tu vida y se lo regalas a tu flor; así tiene una característica y tú, buenos recuerdos... no es malo, una flor con el aroma de los quequitos que preparaba tu mamá al llegar del colegio en las tardes de invierno.
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recorre mentalmente las texturas que más te gustan... ¿la piel de un alguien?... ¿el retazo de algún género en particular?... ¿aún te acuerdas de la textura de la sábana sucia que usabas de tuto?... por ejemplo.
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siendo fiel a los sentidos, pensaremos que tiene un sabor; sin embargo: ¡NO TE LAS COMAS!... dejarías vacío el florero nuevamente.
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sssssssssshhhhhhhh... si te acercas en silencio, tal vez las escuches crecer... ahora, si pones más atención, seguro las escuchas cantar... ¡las muy chacoteras!
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ahora y lo más importante, ya que si bien las flores imaginarias son económicas, son mucho más exigentes que las otras, así que si ya era complicado cambiarles el agua/elemento, imagino que será mucho más complicado cambiarles el agua/etérea... ¡sin embargo has como que están vivas... en una de esas, logras no olvidar que tú también lo estás!...
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¡SUERTE!
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miércoles, 7 de enero de 2009

SiLeNCio a TReS VoCeS... Y DoS TieMPoS



hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato

Miguel Hernández



he dividido mi esquema mental,
como a un escenario Ramón Griffero
ingresé desde la esquina derecha y adelante
en forma diagonal
hacia el recuadro izquierdo atrás
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vestida de un desnudo pudoroso casi pueril
en actitud temblorosa y animal
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el labio superior levantado
convulsivamente
dejando ver los colmillos
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…te presiento
… te huelo
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ayer encontré los restos de una mariposa
entre nuestras sábanas blancas
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y un latido insultante
como un trueno al cielo
como la supuración de las carnes
violentadas desde dentro
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-HE PECADO-
(no hay tono en la línea)
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fetos añejos, escondidos,
arrebatados por las sombras
que irrumpen el frío del cuarto carpiano
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…si no estás entre mis piernas
eres demasiado lejos
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de espalda el hijo deja caer entre sus piernas
una muñeca sin párpados
pondrá su puño dentro de mis fauces
arrastrando sus rabias
por la superficie áspera de mi lengua inerte
ojos húmedos en los bordes
contrastan el fondo de corneas pulidas en hielo seco
.
late en voz evidente
.
-NO HAY PALABRAS-
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ceño fruncido en halo inquisidor
.
-TRAGADO EL VERBO-
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su silencio introspectivo aulló en el mío
… justo en medio de mi palma abierta tras la nuca húmeda

martes, 6 de enero de 2009

Suspiros lanzados al vacío

como los ecos del dolor



lo peor del amor, es cuando pasa.
cuando al punto final de los finales
…no le siguen dos puntos suspensivos

Joaquín Sabina.




venus de beso inclemente
larvado
severo
nata de látigo grosero
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réquiem
por un grito
sin su dolor
.
corona a mi dominio escueto
de tus pequeñeces y mis
indulgencias
.
senda de tus deslices
.
ignominia de demonio que cautiva
holocausto de la muerte sin suerte
.
aria sin cadencia
de semblanza
sin su lanza
alzada y penetrada
.
sacristana del vacío de tu boca exacta
.
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