miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿desde qué perspectiva sabes la belleza?



me siento como Toulouse Lautrec… bueno guardando las proporciones y una versión bastante más criolla, pero de alguna forma ostento de un prisma privilegiado, no sólo se trata de estar en un lugar, sino de saborear cada una de las imágenes que transitan alrededor, tratando de capturar ese sabor a alma que tiene cada gesto, en este tránsito de suburbios espirituales la noche es mi mejor escenario

¿te has detenido a pensar como se modifican las estructuras físicas de los habitantes nocturnos?

…si nos ceñimos al principio alquímico que indica “lo de abajo es como lo de arriba y lo de arriba como lo de abajo, para obrar los milagros de una sola cosa” no es tan temerario afirmar que los rostros que albergan las sombras, se alimentan mutuamente; es decir, entre faz & alma hay semejanza y viceversa, dicho de otra forma, los rostros son trazados en forma de bitácoras de nuestro universo interno.

la estufa es a leña, exquisita, ahí están reunida cinco putas desocupadas, una colorina alta, una pachacha de rasgos indígenas, dos con cara de menor de edad que dan miedo y una señora de aspecto de dueña de casa que tiene una sonrisa limpia y dulce, bueno es la única que me mira sin odio, se supone que aquí no entran mujeres, se acercó a pedirme fuego y casi en forma maternal entabló conversación

me causó gracia cuando llegó “mi primer cliente”, mis amigos se pusieron de pie rodeándolo y tratando de sutilmente explicarles que “la niña”, o sea yo, no estaba en venta, que los acompañaba y cosas así, me sonreí afirmando la vista en un punto del horizonte, la niña a esa hora se había topado con el fondo de la copa varias veces, ya no era tan “docente” ni parecía tan “decente”

en la mesa de al lado un hombre mayor, una mezcla entre Pablo Neruda y Volodia Teitelboim, ensalzaba a una de las niñas, ofreciendo disculpas por ser quien era, la trataba como a una princesa, la miraba como un quijote apagado por los años agradeciendo la belleza de esta Dulcinea, altanera de sus años mozos, besó sus manos y le susurró versos tal vez de su autoría

en mi mesa, mis amigos arreglaban el mundo entre política y poesía… ¡siempre terminan empeorándolo!.

más allá una pareja baila un tango, él, un semental de aspecto camionero y ella una mujer mayor, de piel oscura y aspecto deficiente, frente demasiado amplia y muy descuidada, no dejaba de ser una imagen grotesca en muchos sentidos; sin embargo nunca he visto una mujer más coqueta que ella… la palpé hermosa, me lastimé de su sonrisa tan verdadera, tan simple… tan mujer, que me dio pudor no rozar sus deslindes de hembra, me supe varona herida, agradecida de los excesos de mis sentidos y mi falta de lógica, que sumaron tanta carencia, daño y sin embargo resultaron “belleza”… me cautiva, esta noche soy una fausta sombra entre las sombras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario